¿Alguna vez has ido a pedir presupuestos para renovar las ventanas de tu vivienda y no te ha quedado claro si lo que te conviene es aluminio o PVC? ¿Por qué en unos sitios me recomiendan aluminio y en otros PVC? ¿Qué material tiene mejores prestaciones?
Esas dudas son legítimas, ya que el gasto realizado en la carpintería exterior de tu vivienda es una inversión a largo plazo, una inversión que va a redundar en una mejora en el bienestar y la calidad de vida de tu familia, en un menor gasto energético con el consiguiente ahorro económico y, por supuesto, en una revalorización de la vivienda. Por tanto, aunque es una inversión que va a tener un retorno y unos beneficios muy claros desde el primer momento y nosotros recomendamos escatimar lo mínimo posible para evitar futuros problemas, va a implicar un desembolso relativamente importante y el cliente quiere estar seguro de elegir el mejor material para cubrir sus necesidades.
Dicho esto, la respuesta a las preguntas anteriores es: depende. Depende del tipo de carpintería que te estén ofreciendo. Actualmente, gracias al desarrollo de los procesos de fabricación y las innovaciones tecnológicas, ambos materiales son bastante similares en cuanto a características y prestaciones. A igualdad de calidades, la elección entre aluminio o PVC dependerá en gran medida de las necesidades del cliente y la inversión que esté dispuesto a realizar. Por tanto, no es posible decir en términos generales qué tipo de carpintería es objetivamente mejor, sino que habrá que estudiar cada caso particular.
Antes de exponer las bondades y defectos de cada material, hay que tener en cuenta que, aparte de las prestaciones de la carpintería por sí sola, el rendimiento del conjunto va a depender de los herrajes utilizados, de los vidrios montados y de la pared o tabique donde esté insertada la ventana. De este modo, de poco va a servir instalar por ejemplo una carpintería de elevado aislamiento térmico si luego el vidrio va a tener una alta transmitancia, o si la ventana se coloca de manera defectuosa, comprometiendo su hermeticidad y funcionamiento. Es decir, debe haber una concordancia en todos los materiales y la instalación de la ventana para garantizar un comportamiento de conjunto adecuado y obtener los resultados esperados. Dejando esto claro, vamos a detallar las características principales de los sistemas de aluminio y PVC.
Las carpinterías de aluminio utilizan perfiles de aluminio extrusionado o extruido, llamado así por el proceso de fabricación de los perfiles, conocido como «extrusión», que consiste básicamente en hacer pasar en una prensa un cilindro macizo de aluminio caliente (llamado tocho) a través de una matriz con la forma adecuada, aplicando la presión por medio de un pistón hidráulico (ariete), dando como resultado un perfil cuya sección transversal viene definida por la forma de la matriz. El aluminio utilizado en este proceso suele ser una aleación de aluminio, magnesio y silicio, que favorece la extrusión a temperaturas y presiones no excesivamente altas.
El PVC, por su parte, es un material producto de la polimerización del cloruro de vinilo, un material plástico con una gran cantidad de aplicaciones. Es un material que fluye a temperaturas relativamente bajas y un excelente aislante térmico. Tanto el PVC como el aluminio son reciclables a bajo coste por lo que son eficientes a efectos medioambientales.
Hecha esta presentación, es claro que la naturaleza metálica del aluminio lo convierte automáticamente en un material conductor, es decir, que transmite el frío y el calor, y al mismo tiempo, en un elemento resistente y de alta durabilidad. El aluminio, por tanto, en principio es peor aislante que el PVC, y tiene mayor durabilidad y resistencia que éste. Sin embargo el desarrollo de la tecnología ha permitido mejorar las características de estos materiales y solventar algunas de sus carencias. Veámoslo.
Por un lado, el gran inconveniente de la conductividad térmica del aluminio se ha solventado con las carpinterías con rotura de puente térmico. Se denomina puente térmico al efecto conductor del aluminio, que tiende a equilibrar la temperatura interior con la exterior. La rotura de este puente térmico se consigue insertando en el perfil de aluminio una varilla de poliamida que divide el perfil en dos y hace de aislante, evitando la transmisión de frío y calor.
Gracias a esto, las carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico tienen prestaciones térmicas similares a las de PVC, si bien estas siguen estando un poco por encima. Por esta razón, que no te vendan el PVC como algo muy superior al aluminio en cuestiones de aislamiento térmico. Si es aluminio con rotura de puente térmico, las diferencias son pequeñas. Ahora bien, si estamos hablando de carpinterías frías de aluminio, es decir, sin rotura de puente térmico, entonces ahí sí: el PVC gana por goleada.
Por otro lado, hemos dicho que una gran ventaja del aluminio es su resistencia y durabilidad, lo que significa que su estética y acabados se mantienen por más tiempo frente a las agresiones y la acción de los agentes atmosféricos, ofreciendo además, a igualdad de resistencia con el PVC, perfiles más finos, lo que se traduce en un mejor aspecto estético, mayor superficie de vidrio y más entrada de luz. Sin embargo, de la misma manera que el desarrollo de los sistemas de aluminio ha logrado situarse a la par con el PVC en términos de aislamiento térmico, el PVC ha hecho lo propio con el tema de la resistencia y la durabilidad.
Para empezar, los perfiles de PVC suelen ir reforzados interiormente con tubos de acero, lo cual les confiere una alta resistencia (aunque esto tiene el inconveniente de aumentar el peso de los marcos y las hojas). En cuanto a la durabilidad, gracias al desarrollo y las innovaciones tecnológicas de los últimos años las carpinterías de PVC han logrado mejorar sus prestaciones, de manera que las series modernas de PVC han conseguido acercarse mucho al aluminio en términos de durabilidad y resistencia.
Mención aparte merece el tema de los herrajes en ambos tipos de carpinterías. Tradicionalmente los sistemas de PVC han tenido sistemas de cierres de mayor calidad que las carpinterías de aluminio, sobre todo en gamas medias y bajas, proporcionando un funcionamiento suave y hermético y cierres mejor acoplados con doble e incluso triple junta. Sin embargo, una de las novedades en las carpinterías de aluminio que se lleva imponiendo desde hace algunos años es el canal 16, como explicamos en este otro post, el cual nos permite adaptar los accesorios y herrajes del PVC al aluminio, con todas las ventajas que ello conlleva.
Como resumen, las principales ventajas del aluminio y del PVC son las siguientes:
Principales ventajas de la carpintería de aluminio:
- Elevado aislamiento térmico y acústico (con rotura de puente térmico)
- Alta resistencia y durabilidad
- Gran diversidad de acabados (lacados, anodizados, texturizados o foliados), pudiendo adaptarse a cualquier entorno
- Secciones más ligeras y de menor peso, favoreciendo un mejor funcionamiento
- Perfiles de menor grosor, proporcionando mayor superficie de vidrio y entrada de luz
Principales ventajas de la carpintería de PVC:
- Excelente aislamiento termoacústico
- Excelente relación prestaciones/precio
- Elevada estanqueidad y hermeticidad debido a que los perfiles e ingletes están soldados térmicamente, reduciendo la entrada de aire por las juntas
- Menor riesgo de condensación de la humedad relativa del aire
Como puedes ver, tanto el aluminio como el PVC son bastante similares en prestaciones, ofreciendo cada uno, dentro de su ámbito, algunas cualidades que pueden hacer decantar la decisión por uno u otro, siendo necesario estudiar cada caso particular para ofrecer al cliente la solución que mejor se adapte a sus necesidades.
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